Cada cristiano tiene o un miembro de la familia, un amigo, un compañero de trabajo o un conocido que no es cristiano. Compartir el Evangelio con otros siempre es difícil. Compartir el Evangelio se vuelve aún más difícil cuando involucra a alguien cercano a nosotros.
La Biblia nos dice que algunas personas se ofenderán ante el Evangelio (Lucas 12:51-53). Es especialmente difícil arriesgarse a ofender a alguien con quien tienes un contacto frecuente. Sin embargo, se nos ha ordenado compartir el Evangelio no hay excusas para no hacerlo. (Mateo 28:19-20; Hechos 1:8; 1 Pedro 3:15).
Así que, ¿cómo podemos evangelizar a nuestros familiares, amigos, compañeros de trabajo o conocidosí La cosa más importante que puedes hacer es orar por ellos. Ora para que Dios cambie sus corazones y abra sus ojos (2 Corintios 4:4) a la verdad del Evangelio.
Ora para que Dios los convenza de Su amor por ellos y su necesidad de salvación a través de Jesucristo (Juan 3:16). Ora por sabiduría para poder ministrarles a ellos (Santiago 1:5).
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Además de orar, también necesitas vivir la vida de un buen cristiano ante a ellos, para que puedan ver el cambio que Dios ha hecho en tu propia vida (1 Pedro 3:1-2) Como dijo una vez Francisco de Asís, Predica el Evangelio todo el tiempo y cuando sea necesario, usa las palabras.
Después de todo esto, debes estar gozoso y dispuesto a compartir el Evangelio. Proclamar el mensaje de salvación a través de Jesucristo, a tus amigos y familiares (Romanos 10:9-10).
Estar siempre preparado para hablar de tu fe (1 Pedro 3:15), haciéndolo con respeto y gentileza.
Por último, debemos dejar la salvación de nuestros seres queridos a Dios. Es el poder y la gracia de Dios la que salva a la gente, no nuestros esfuerzos. Lo mejor y más importante que debemos hacer es; ¡orar por ellos, testificarles, y vivir la vida cristiana ante ellos!