BRASIL. – Quince podios Paralímpicos, 30 medallas en campeonatos del mundo, 27 en Juegos Parapanamericanos y seis marcas mundiales. Por tales logros obtenidos por Daniel Dias se le dio el título principal en nombre deporte paralímpico de Brasil. En su historia de vida el atleta explica que no siempre aceptó su discapacidad.
Daniel Dias nació en Campinas, Sao Paulo, con malformación congénita de los brazos y la pierna derecha. En su infancia vivió en un hogar evangélico pero aún así cuestionó a Dios en muchos momentos de su niñez.
“Muchas veces me cuestioné, y cuestioné a Dios: ‘¿Por qué yo?’. Cuando fui a la escuela, yo era “diferente”. Muchas miradas estaban sobre mí, sentía vergüenza. Hubo momentos en que fui llamado Saci, lisiado … Situaciones que afectaron notariamente a Daniel, dice él a la organización Atletas en Acción.
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Un día su vida cambió. Fue cuando Daniel Dias vio los Juegos Paralímpicos de Atenas, allí descubrió el deporte para personas con discapacidad. Él tomó la decisión de mudarse de Camanducaia, en Minas Gerais y se trasladó a Sao Paulo, con el fin de dedicarse a la natación y perfeccionarse allí.
Recuerda las primeras ocho lecciones, donde aprendió los cuatro estilos de natación: mariposa, espalda, pecho y estilo libre.
“Fue donde vi la mano de Dios mostrándoseme: Este es un regalo, úsalo para hablar de mí”, dice el atleta.
Al cabo de dos años, Daniel ya estaba representando a Brasil en una competición internacional. En 2008, compitió en los Juegos Paralímpicos de Pekín, donde ganó nueve medallas, superando el máximo de logros de cualquier otro competidor. En las Paralimpíadas de Londres, Daniel ganó 6 medallas de oro y rompió seis marcas mundiales.
La carrera en el deporte le dio a Daniel el trofeo Laureus, una especie de “Oscar del Deporte”, como mejor deportista paralímpico de 2008. Hasta entonces, sólo tres brasileños habían recibido este premio: Pelé (Fútbol, 2000) Ronaldo El Fenómeno (Fútbol, 2003) y Bob Burnquist (Skateboarding, 2002).
“Asistes a las Paralimpíadas, cuatro años más tarde estás presente sales de allí como el mayor medallista. Hay cosas que no se pueden explicar, hay cosas que tenemos que demostrar que es acto de Dios”, explicó el atleta.
En la actualidad, Daniel Dias dice con convicción que no debemos poner límites a nuestras vidas, porque lo imposible es una cuestión de opinión propia. “todavía me asombro, porque me miro en el espejo y no me veo como una persona con discapacidad. Me veo como un ser que fue creado por Cristo”, testifica.
“A través de todos estos logros, estoy empezando a entender por qué Dios me ha creado así. Pero la principal razón es servir a Cristo, es estar aquí como su discípulo”, dice Daniel. “Todo esto de lo que estamos hablando, de conquistas pasará, pero el amor de Cristo nunca pasará”.
“Cristo no me mira por no tener un brazo o una pierna. Cristo ve nuestros corazones. Aquí ahora me siento libre, me siento como nadie. Veo aquel momento de deficiencia que ya no existe”, concluye.
Fuente Noticias Cristianas
