Más de 640 misioneros de todo el mundo viajaron a un pueblo de Kenia, llamado Kakamega, con el objetivo de que el Poder de Dios se haga manifiesto en un despertar espiritual. Tenían una misión principal que era llevar el amor de Dios a todos aquellos que aún no conocían de él.
Dedicaron sus días para realizar todas las obras planeadas. Ellos visitaron prisiones, proveyeron tratamiento a los afectados por las pulgas parásitas, y predicaron la palabra de de Dios a viva voz. Estos misioneros llegaron a decenas de miles de personas.
“En total, 72,115 personas en Kakamega alcanzaron 6.944 y recibieron a Cristo como su salvador”, dijo un misionero a “Africa Enterprise”.
Joel era uno de los muchos niños de la calle que entregaron sus vidas a Cristo. “Siento que tengo esperanza después de haber oído la predicación”, dijo.
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Joel no es el único que conoció la esperanza y un nuevo camino. Un matrimonio fue tocado fuertemente por el mensaje que llevaron los misioneros.
Martha estalló en furia cuando supo que su marido la engañaba. Comenzó a volcar su ira destruyendo las posesiones de su casa cuando oyó un golpe en la puerta proveniente de quienes estaban predicando, se acercaron y con paciencia dialogaron mientras ella explicaba por qué estaba manifestando su ira.
Su amabilidad calmó su ira y ella entregó su vida a Cristo. Al regresar su esposo a casa, pronto fue abrumado por el amor de Dios y un quebranto en su corazón provocó que también aceptara a Jesús.
Antes de que los misioneros se fueran, Martha y su esposo oraron juntos, pidiendo a Dios que restaurara su matrimonio.
Miles de testimonios e historias fuertes de reconciliación con Dios y renovada esperanza para el futuro.
Luego de que unos pocos misioneros llegaron a Kenia, decenas de miles se vieron movidos por el poder de Dios y quebrantados se entregaron a Cristo y sus vidas cambiaron para siempre.
Fuente Ante el Peligro de Apartarse de Dios