ESTADOS UNIDOS.- Kim Menon, era una mujer atea, aunque de niña asistió a la iglesia, rechazó el cristianismo negando la existencia de Dios y endureció su corazón cuando su madre intentó predicarle el evangelio esperando que cambiara de opinión.
Pero todo cambió abruptamente, cuando Kim fue testigo del poder de Dios, al presenciar como su madre fue sanada tras una cadena de oración de hermanos en Cristo. Finalmente Kim creyó y aceptó a Cristo.
Kim es maestra de una escuela de Seattle, Washington, y explicó que antes pensaba que los cristianos «simplemente no eran lo suficientemente inteligentes», dijo al medio Baptist Press.
Tres años atrás, el pastor Andy Brown se trasladó a Seattle para fundar una iglesia. Inscribió a su hijo en la escuela local, y fue alumno correspondiente al aula de la maestra Kim.
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Brown se involucró con las escuela al ver que los jardines estaban muy descuidados y ofreció su ayudar. «Una gran parte del ministerio que hacemos es el servicio a la comunidad», dijo el pastor. «Una presencia constante en la comunidad es la mejor manera de llegar a la gente con el Evangelio».
En el momento que Brown habló con el director expresando su deseo de ayudar en la escuela, Kim no estuvo de acuerdo, pero luego aceptó, trás la condición de que no haga mención alguna de sus creencias religiosas, ya que todos estaban al tanto que era un pastor evangélico.
La presencia de Brown en la escuela cautivó la atención de muchos, él sólo estaba para servir. Muchos maestros tenían curiosidad en saber, por qué iba a hacer todo ese trabajo sin nada a cambio,todos tenían conocimiento de su trabajo allí.
Dos años más tarde, la madre de Kim enfermó gravemente tras sufrir algunos ataques al corazón, impactando radicalmente en la vida de Kim y tomando otro rumbo. Su madre esperaba una operación programada, cuando la maestra sintió que ella necesitaba un milagro para sobrevivir. Entonces decidió llamar al pastor Brown para que orara por su madre.
Trás lo sucedido, toda la iglesia se unió en oración por la madre de Kim. Durante la operación ocurrió el milagro esperado, los cirujanos anunciaron que no hallaron nada malo en su corazón y que estaba bien.
Kim quedó maravillada. Ningún médico pudo explicarle cómo su madre estaba completamente sana. Ella entendió que Dios intervino con poder y su madre fue sanada. Finalmente, Kim decidió entregar su vida a los brazos de Cristo.
Ahora, dedica sus días a enseñar el Evangelio a los niños en la iglesia y predica el mensaje de Salvación y testifica a toda persona, reconociendo que Dios es real y ha hecho un cambio poderoso en su vida.
Fuente Acontecer Cristiano