A lo largo de sus 25 años de carrera como anestesiólogo, Rajiv Parti escuchó historias sorprendentes de sus pacientes tras ser operados. Algunos le hablaron sobre ‘la luz al final del túnel’ o de siluetas luminosas; otros observaron su propia operación desde arriba mientras los médicos luchaban para sacarlos del estado de muerte clínica. Pero el dice, “Siempre creí que ese tipo de historias eran chorradas”, recuerda Parti en un artículo para ‘The Daily Mail’.
El camino al infierno
“En mi experiencia sentí que me dirigía hacia arriba, como en un ascensor. Era el mismo sentimiento que tienes en la boca del estómago cuando subes vertiginosamente hasta el 20º piso de un rascacielos”, comenta Parti. Y asegura que vió todo en detalle: médicos en el quirófano, su abdomen con incisiones e incluso a su madre y a su hermana a miles de kilómetros del hospital, en la casa donde pasó su infancia. Hasta el momento en que “todo quedó a oscuras”.
Entonces comenzó a oír “gritos de dolor y sufrimiento” y sintió como era arrastrado hacia el borde de “un cañón en llamas” que hechaba humo y un “olor nauseabundo a carne ardiendo”. “Comprendí que estaba al borde del infierno”, recuerda el médico, que en aquel momento puedo oir con claridad una voz que lo convenció en su interior que había vivido “una vida materialista y egoísta” hasta el momento.
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Un túnel luminoso
Cercado de humo y de gritos de “almas ardientes”, Parti pensó en lo insignificante que eran las posesiones que había acumulado durante su existencia y comenzó a orar. Al pedir a Dios una segunda oportunidad, vio a su difunto padre que lo llevó hacia un túnel donde lo saludaron sus antepasados, entre los que reconoció a su abuelo, quien le declaró que la cosa más importante era el amor. Parti sintió todas las cosas buenas que le habían pasado durante su infancia y cmprendió un segundo mensaje : “Los momentos simples son los de mayor importacia”, explica su artículo.
Agrega que, al final del túnel lo saludaron los arcángeles Miguel y Rafael, que lo llevaron hacia una luz deslumbrante. “Rafael explicó que en el momento más profundo estás rodeado de una poderosa energía de amor puro e inteligencia, la base subyacente de todo en el universo”, explica Parti. Arriba, el médico indio asegura que vio “un ser de luz, una forma en azul plateado” que le anunció que tenía que mirar hacia su vida una vez más y reflexionar sobre los cambios que debía tomar.
Recobró la consciencia y ‘regresó’ al quirófano, entendió que la operación había terminado. Los médicos no creyeron sobre su experiencia. Cuando logró recuperarse, se despojó de los caros coches que tenía y cambió su mansión por una casa más pequeña. Dejó su oficio de anestesiólogo y estableció un sitio para ayudar a la gente a través de la meditación y prácticas alternativas para la sanidad de sus enfermedades. La extraordinaria historia que afirma haber vivido la ha compartido en el libro ‘Dying to wake up’ (Morir para despertar).
Fuente Diario Cristiano Web