Muchas preguntan suergen luego de tragedias ocuriidas como el huracán Harvey, como por ejemplo sobre la bondad de Dios y sus planes. La primera reacción ante estas situaciones, suelen ser algunas preguntas: ‘¿Cómo un Dios de amor y de bondad utilizaría un desastre natural tan catastrófico para acercarnos a él?’.
Recientemente, el evangelista Billy Graham, ha explicado conforma a consultas de los lectores, que aunque Dios suele usar tragedias o malos tratos para acercarnos a Él mismo, eso no significa que sea cruel cuando lo hace.
Continuó su explicación: «En realidad, el caso es lo contrario». «Vemos bien, el problema está con nosotros, no con Dios, nuestros corazones rápidamente se ponen fríos e indiferentes a Dios, y nos negamos a escuchar a Dios cuando él nos está llamando nuestra atención. Cuando llega el punto máximo donde nos quedarnos tan endurecidos con Dios que no oímos más Su voz, entonces, la única manera con la que Él puede captar nuestra atención es permitir que algo ocurra con nosotros, algo que destruya nuestra indiferencia o rebelión».
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Es entonces cuando comprendemos nuestra verdadera necesidad de Cristo, y eso será transformado en fe y confianza en Él, señaló el evangelista.
«Así como nosotros disciplinamos a nuestros hijos para que hagan lo correcto, entonces Dios a nos disciplina para que regresemos a Él y sigamos Su camino nuevamente», agregó Graham. «La Biblia dice en Hebreos 12:11: ‘Es verdad que ninguna disciplina al presente parece ser causa de gozo, sino de tristeza; pero después da fruto apacible de justicia a los que en ella han sido ejercitados.’
«Es importante comprender que no todas las dificultades de la vida llegan a nosotros por ese motivo», destacó el pastor. «Sin embargo, cuando vienen los tiempos difíciles, necesitamos preguntarle a Dios lo que intenta enseñarnos a través de ellas».
«Fundamentalmente, necesitamos clamar Él por la fuerza y paciencia que necesitamos. Debemos recordar siempre, que el amor de Dios es más fuerte cuando nuestra propia fuerza es más débil», finalizó.
Fuente Guíame