Cuando Carlos Ray era pequeño, en la escuela chicos más grandes lo perseguían y molestaban hasta que el llegaba a su casa en Miami, Arizona. Actualmente, esto a tomado el nombre de bullying en las escuelas.
Un día unos matones lo rodearon en el suelo siendo inmovilizado por su adversario. Cuando Carlos agarró el dedo del uno de ellos e inclinó hacia atrás. El matón gritó de dolor y se rindió, según relata la autobiografía «Against All Odds: My Story».
El chico tímido que sufría bullying en la escuela más tarde aprendió artes marciales en Corea, mientras estaba en la Fuerza Aérea. Fue en esta época que Carlos Ray Norris adoptó el apodo de «Chuck».
El instructor y actor de artes marciales, ahora con casi 78 años, nació en una familia disfuncional con un padre alcohólico.
Después de la enseñanza media, se alistó en la Fuerza Aérea para integrar la ‘Policía del Aire’ en 1958 y se destacó en las artes marciales, ganando más de una franja negra. Él finalmente fundó su propia escuela con su propia marca de artes marciales llamada ‘Chun Kuk Do’.
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Cuando Chuck conoció a Bruce Lee, obtuvo un artículo de la película ‘Way of the Dragon’, en 1972 y ‘Return of the Dragon’, más tarde.
Continuo con varios exitos en películas y, cuando los papeles disminuyeron, él consiguió papeles en las series de televisión.
Camino a Cristo
Desde la infancia, Norris fue cristiano. Él se rindió a Cristo a los 12 años y participó en una cruzada evangelística de Billy Graham. Pero los bastidores de Hollywood no ayudan mucho a mantener la fe de una persona. Él se involucró en un caso extraconyugal y terminó divorciándose de su primera esposa, Dianne Holecheck.
«Desgraciadamente, a menudo en la industria del entretenimiento usted pierde de vista lo que es realmente importante en su vida», señaló Norris. «Perdí una boda a causa de eso.
Norris se casó de nuevo con Gena O’Kelley y dedicó su vida a Cristo. Además de los hijos de su primer matrimonio – Mike, Dina y Eric – también tuvo dos más con su segunda esposa: Dakota y Danilee.
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Junto con su esposa crearon la Fundación Kickstart para introducir el entrenamiento en artes marciales relacionado con la enseñanza moral en escuelas públicas. El programa, que alienta la autoestima de niños y adolescentes, alcanzó hasta 6.500 escuelas.
«Artes marciales son una filosofía que prácticamente transmiten los principios de la Biblia», dijo Norris. «Aunque no podamos hablar de Jesús, podemos hablar de lo que Jesús habla en la Biblia: amar a su prójimo, ser una buena persona», agregó.
Norris no ha tenido miedo ni verguenza por el evangelio y por eso comparte su fe en Hollywood. Como parte de eso, él se empeñó bastante en promover la película «La Pasión de Cristo», de Mel Gibson.
Chuck Norris destaca que no su vida no tuvo nada que ver con la suerte, sino con un propósito de Dios.
«La gente viene a mí y dicen: ‘Chuck, eres el tipo más afortunado del mundo, porque es un campeón mundial de caraté y una estrella de cine y de televisión’, menciona Norris. «Cuando me dicen eso, simplemente sonrío y respondo que la suerte no tuvo nada que ver con eso. Mi éxito no tiene nada que ver con suerte, sino con Dios».
Fuente Guíame
