Dios manda a todos los cristianos a evangelizar,a llevar su nombre, y en su sabiduría le da un don especial a ciertas almas para predicar la palabra de Dios con denuedo, como dice la biblia.
Pero por otro lado, aun cuando todo cristiano está llamado a compartir el evangelio, no todo creyente está dotado en este llamado. Pasajes como Hechos 21:8 y Efesios 4:11 implican que algunos creyentes tienen el don de evangelismo, y otros no. Concluimos entonces que Dios manda a todos los cristianos a evangelizar, y en su sabiduría dota específicamente a ciertos individuos en esta área.
En algunos casos evangelizar lo ven como algo difícil, incómodo, que consume mucho tiempo y que puede dar lugar a sentimientos de humillación y fracaso, pues el punto es proclamar un mensaje de “locura” (1 Cor 1:23) el cual es intolerante para el mundo. Sin embargo, esto es exactamente lo que Dios quiere que hagamos.
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¿Qué podemos hacer cuando evangelizar no nos es fácil? Aquí hay cuatro consejos útiles:
1. Viva en santidad
Su vida debe reflejar el mensaje que predica. Lo más santo y apartado sea nuestro caminar con Cristo, más poderosa será nuestra evangelización. De hecho, el testimonio coherente de una vida transformada es una de las pruebas más convincentes de la verdad del evangelio (Rom 12:1).
2. Ore sin cesar
Una de las características de la piedad es la oración ferviente por los perdidos (Rom 10:1). En mi propia vida he visto que cuanto más oro y pido a Dios que abra las puertas de la evangelización, más oportunidades tengo de evangelizar. Dios contesta tal oración no sólo al traer a más incrédulos a mi vida, sino que también lo contesta al permitir que me percate de oportunidades que ya están presentes en mi vida.
3. Explique el evangelio
Hable de experiencias espirituales durante el transcurso de sus relaciones con amigos y vecinos. Haga preguntas pero sin causar ofensas y esté preparado para explicar lo que usted cree y por qué es diferente a sus creencias. Busque en Dios estar preparado para explicar la razón de su esperanza eterna (cp. 1 Pedro 3:15), para explicar quién es Dios, que él es santo y el creador, y para explicar por qué el hombre, siendo pecador, necesita un salvador. Identifique a Cristo como Señor y Salvador y explique cómo su muerte y resurrección nos restauran a una relación con Dios. Y finalmente explique que es lo que una persona debe hacer para ser salva, exhortándoles a que se niegan a si mismo y se conviertan en seguidores de Cristo.
4. No se desanime
Tarde o temprano todo aquel que es fiel a evangelizar experimentará rechazo e incluso posiblemente persecución (aún en esto podemos regocijarnos, Hechos 5:41). Los pecadores se niegan a aceptar la verdad porque están espiritualmente muertos y ciegos a las cosas de Dios (Efe 2:1-3). Como cristianos, tenemos la tarea de compartir un mensaje de salvación a un mundo muerto, para lo cual somos incapaces en nuestras propias fuerzas (2 Cor 3:5-6). Pero nuestra confianza no está en nosotros mismos, sino en Dios que puede hacer todas las cosas, incluyendo resucitar muertos espirituales a nueva vida (Efe 2:4).
Es importante recordar que el éxito en el evangelismo no se determina por la respuesta del pecador o la cantidad de almas que logramos traer a Cristo. Más bien, se mide por nuestra fidelidad a proclamar el mensaje. Al ser fieles en las oportunidades que Dios nos da, podemos descansar sabiendo que hemos sido obedientes, confiándole a él nuestra ganas de continuar predicando su palabra.
Fuente Cristianos al dia