Frente a las complicaciones de nuestras vidas, nunca decidimos dejar trabajos pendientes, algún hobby, las redes sociales o alguna película, sino que abandonamos con facilidad la lectura de la Biblia y la oración.
Sabemos can importante es pasar tiempo con Dios porque eso nos lo han inculcado. Pero, ¿sabemos verdaderamente cuál es el costo de abandonar nuestro tiempo con Dios? Primeramente, cuando nos conectamos con Dios, uno puede experimentar la superación y la libertad. Cuando no lo hacemos, nos estamos exponiendo a ciertos peligros.
Aquí mencionaremos 5 peligros que podemos atravesar cuando abandonamos nuestro tiempo a solas con Dios.
1. Desorden Interno
Puede que no veamos o comprendamos lo que Dios hace con nuestras circunstancias exteriores cuando leemos su palabra y oramos, pero su palabra siempre hace algo en nosotros en nuestro interior. Recibimos el fruto del Espíritu cuando nos conectamos con Dios en la palabra y en la oración. Filipenses 4:7 dice «Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús.»
El Salmo 119:105 dice «Lámpara es a mis pies tu palabra, y lumbrera a mi camino.» La palabra de Dios es un libro que impondrpa reglas a tu vida. Además será quién nos guía frente a las adversidades. Cuando leemos la palabra de Dios y dedicamos tiempo en oración, conseguimos dirección y propósito.
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3. Incapacidad para luchar contra la Tentación
Formar parte del cuerpo de Cristo es señal suficiente para que el enemigo se acerque a nosotros para tentarnos a diario. Pero esta lucha espiritual contra el pecado la vencemos cuando estamos en contacto con Dios diariamente. Santiago 4:7 dice, «Someteos, pues, a Dios; resistid al diablo, y huirá de vosotros.»
4. Menos sensibilidad para con Dios
¿Alguna vez intentaste oír la voz de Dios pero no lo lograste? Eso quiere decir que has desatendido tu tiempo de comunión con Él. La comunión no es una ciencia difícil de comprender. Sólo requiere constancia y disponer tu corazón para que nada se interponga. Tal como sucede con nuestras relaciones respecto a nuestros amigos también ocurre con nuestra relación con Dios.
5. Pérdida del apetito por los Tesoros de Dios
Mateo 6:20 nos advierte, «sino haceos tesoros en el cielo, donde ni la polilla ni el orín corrompen, y donde ladrones no minan ni hurtan.»
La palabra de Dios y dedicar tiempo para estar en su presencia es la principal fuente de los tesoros celestiales. Cuando leemos su palabra y entramos en comunión con Él nos disponemos para acercarnos a las cosas celestiales permitiendo alimentar así la pasión por Él. Cuando dejamos de hacerlo, comenzaremos a desear más las cosas del mundo y a dejar de lado las cosas de Dios.
Fuente Diario Cristiano Web