La trayectoria de Kaká en el deporte es de conocimiento público y mundial, pero él habló detalles de su caminata con Dios el lunes (29) en la Iglesia Bautista del Pueblo, en la zona sur de São Paulo.
«Crecí en un hogar cristiano, aprendí de mis padres los valores cristianos. Fui creciendo y teniendo experiencias con Dios. A los 12 años fui bautizado y poco a poco me fui formando, tanto espiritualmente como físicamente como atleta «, explicó el ex jugador, quien se retiró en diciembre del año pasado.
La carrera profesional de Kaká comenzó en 2001, convirtiendose en la figura del equipo São Paulo. En 2002, fue convocado para la Copa del Mundo, en la que Brasil fue pentacampeón mundial, y por primera vez vistió la camisa ‘Yo soy de Jesús’.
«En la iglesia que yo frecuentaba, la gente cantaba una alabanza que decía ‘voy a decir al mundo que yo soy de Jesús’. Eso quedó marcado en mi cabeza. Esa fue la primera oportunidad que pude usar una camiseta diciendo esas palabras.
Más tarde, Kaká fue vendido al Milan y protagonizó la conquista de diversos títulos para el equipo europeo. «Todo fluía. Yo iba orando y las cosas sucedían. Todo estaba a las mil maravillas «, detalla.
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En 2007, en el auge de su carrera, Kaká ganó el premio al mejor jugador del mundo por la FIFA y en 2008 fue elegido como una de las personalidades más influyentes en el mundo por la Time 100. «Llegué mucho más allá de lo que podía pensar. Yo suelo citar este versículo siempre: Dios tiene mucho más de lo que podemos pedir o imaginar. Realmente fue lo que sucedió en mi vida profesional», revela.
En 2009, Kaká fue transferido al Real Madrid en un contrato de 65 millones de euros. «Las cosas en mi vida estaban sucediendo de una forma espectacular, todo lo que yo quería, oraba y las cosas iban fluyendo. Sería muy bueno si mi testimonio terminara aquí», agregó.
Pruebas y adversidades
La cosas comenzaron a ni ir tan bien. Kaká no logró conquistar títulos para su nuevo equipo y las críticas surgieron. También, sufrió lesiones que le hicieron quedarse fuera del juego y todo se derrumbo.
«Comencé a tener esos conflictos de Job con Dios, debates, preguntas, cuestionamientos. Yo era el mejor jugador del mundo y pasé a ser nada en el Real Madrid. Yo empecé a tener una crisis de identidad, porque yo era lo que yo hacía «, explica. «Yo fui aprendiendo a tener una relación con Dios, y no un Dios que saciaba mis deseos».
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En 2013, regresó al Milan, y volvió a sufrir una nueva lesión que lo alejó del futbol. Fue entonces cuando pensó en desistir de jugar al fútbol. «Ese fue uno de los momentos más difíciles de mi vida hasta hoy, porque fue en ese momento que entré en depresión. Fue precisamente por esa falta de identidad, yo ya no sabía quién era, si yo era lo que yo hacía o si yo era alguien, si yo tenía una identidad fuera del fútbol o no», señala.
«Fue ahí donde entendí que yo era hijo de Dios. Esta fue la mayor identidad que he podido ver en ese momento. Yo ya no era el mejor jugador del mundo, pero tampoco era el peor. «Fue un momento de carrera distinto, pero yo seguía siendo hijo de Dios», asegura. «De a poco, fui entendiendo mi identidad en Cristo. Por eso hoy estoy muy bien resuelto para venir aquí y contar esa historia para ustedes», revela.
Kaká debutó en Orlando City en 2015 y permaneció en el club durante tres años. Al final de la última temporada, reunió a su familia para hacer 40 días de ayuno y oración para tomar una decisión sobre su destino en el fútbol. Luego de recibir varias propuestas, comprendió en su corazón que era el momento de alejarse del futbol definitivamente.
«No puedo ver esa trayectoria toda con una lente diferente del cristianismo. Todo lo que sucedió en mi vida, tuvo un propósito muy claro y definido de Dios para mí «, finaliza Kaká.
Fuente Guíame