En el estado de Texas un cristiano llamado Jeremías socorrió ante el ingreso en el hospital de una persona sin signos vitales mediante los metodos de reanimación fue casi imposible realizar un movimiento que pueda llegar a generar un cambio en la salud del paciente.
Mientras el hombre se disputaba entre el fin de su existencia y continuar la vida pareciera que todo se desvanecía en un abrir y cerrar de ojos.
Por eso mismo este hermano en la fe pudo observar que con las herramientas que proporciona la medicina era casi imposible obtener un resultado productivo y positivo. Es por eso que decidió tomar la situación de manera espiritual y por lo tanto comenzó a orar y a clamar a Dios por el milagro de resurrección del paciente.
Mientras tanto los médicos realizaban el proceso de reanimación que tardó aproximadamente Entre 25 a 30 minutos, sin embargo Jeremías comenzó a obrar debido a que el espíritu lo instó a ponerse a clamar por el alma de esa persona. El hermano en la Fer hijo: “Comencé a orar profundamente porque sentí que Dios estaba diciendo: ‘Tienes que hacer algo al respecto’.
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Cuando esto terminó sintió que en sus brazos tenía unción de los santos y se acercó hacia el paciente a impulsos humanos comenzando aclamar a viva voz enfrente de Todos Los profesionales de salud.
Jeremías no se avergonzó de su fe sino al contrario fortaleció aún más su postura al ver que muchos comenzaron a ver cómo el paciente que ya no estaba con vida comenzaba a mover de a poco sus brazos y fue en ese momento que los médicos comenzaron a analizar que él puso había vuelto y que su corazón había comenzado a la tienda nuevamente.
Fue en ese instante que Los profesionales de la salud pudieron contemplar las maravillas de Dios y fueron testigos del poder de Dios y sus Milagros.
Al terminar esta situación milagrosa el hermano Jeremías ánimo en su entrevista a canales de TV cristianos que la iglesia debe clamar constantemente Dios ante estas situaciones complejas que se puedan presentar en la vida cotidiana. Alentó a la iglesia a nunca dejar de orar por el prójimo porque Dios siempre quiere que la gente viva para poder reconciliarse con ellos.
Fuente Gospel Prime