¿Qué significa Adorar “en Espíritu y en Verdad”?

Si eres Cristiano, sin duda has escuchado la frase “hay que adorar a Dios en espíritu y en verdad.” Es una excelente exhortación, hasta que nos damos cuenta que, por lo general, nadie nos explica qué significa ni cómo hacerlo.

¿De dónde sale la idea de adorar en espíritu y verdad?

Esta idea de que adoremos a Dios en “Espíritu y Verdad” proviene del versículo de Juan 4:6-30. Una conversación entre Jesús y un mujer samaritana.
Jesús señala en este versículo que el tiempo se acerca —de hecho, ya ha llegado— cuando los verdaderos adoradores adorarán al Padre en espíritu y en verdad. El Padre busca personas que lo adoren de esa manera. Pues Dios es Espíritu, por eso todos los que lo adoran deben hacerlo en espíritu y en verdad. (Juan 4:23-24)

Lo que Jesús le enseñó a la mujer samaritana fue que la adoración a Dios no se debe limitar a una localización geográfica o necesariamente regulada por las provisiones de las leyes del antiguo testamento. Al llegar Jesús, la separación entre judío y gentil no era relevante – ni tampoco lo central del templo de adoración. Cristo consiguió acceso equitativo para todos a través de Él.

Por lo cual, la adoración se convirtió en un asunto del corazón, no de acciones externas, dirigido por la verdad, no por la ceremonia.

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¿Qué es nuestro “Espíritu”?

Para poder adorar a Dios en espíritu y verdad necesariamente debemos amar a Jesús con todo nuestro corazón, toda nuestra alma y toda nuestra mente.

Deuteronomio 6:4 y Mateo 22:37-38 “Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma y con toda tu mente”. Este es el primer mandamiento y el más importante.

Porque nuestro espíritu es todo lo que somos: nuestro corazón, nuestra alma y nuestra mente.

Adorando “en espíritu y verdad”

La verdad sin espíritu nos puede llevar a cierto tipo de legalismo, sin gozo y sin pasión, llevandonos a la muerte, porque la letra mata, más el Espíritu vivifica (2 Corintios 3:6).

Es la verdad, y sólo la verdad, lo que puede influir de forma apropiada sobre nuestra vida de tal manera que todo nuestro ser honre a Dios. La adoración no se limita a un lugar, sino que adoramos a Dios tanto en la oración como en nuestra vida cotidiana agradando en todo momento al Padre.

Fuente Familia Cristiana

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